martes, julio 27, 2010

Recetas para acabar con el 50% del fracaso escolar por: Pere Marqués

Este es el artículo escrito por Pere Marqués en su "Chispas TIC y Educación", un sueño de verano en un hipotético año 2020. Sin duda un buen guión para la reflexión en estos días veraniegos.¿Crees que el sueño puede ser algún día realidad?

"Vamos a entrar por unos momentos en “2020”, un mundo de ficción - ¿o quizás ya no es ficción? – en el que los ciudadanos tienen SIEMPRE a su alcance un ordenador conectado a Internet. Siempre que lo necesitan se entiende, de la misma manera que hoy en día nosotros podemos acceder fácilmente a una calculadora o a un teléfono cuando nos hace falta.

Para comprender mejor las implicaciones sociales y educativas de esta circunstancia, antes retrocedamos al pasado y recordemos que a mediados del siglo XX no teníamos calculadoras a nuestro alcance, y por ello en la escuela nos enseñaban a hacer largas operaciones (sumas, multiplicaciones, divisiones, raíces cuadradas…) para aplicarlas cuando hicieran falta en la vida. En carreras como las ingenierías se hacían cálculos complejos con la ayuda de tablas de logaritmos y reglas de cálculo.

Y todo esto hasta que las calculadoras se hicieron omnipresentes, arrinconado a las reglas de cálculo y expulsando del curriculum a las largas operaciones manuales. Ya no eran necesarias, pues las calculadoras nos hacían el trabajo. Aunque ATENCIÓN: hay que seguir cultivando el cálculo mental y saber realizar con rapidez y fiabilidad operaciones cortas sin calculadora.

Pues bien, en “2020”, nuestro mundo de ficción, resulta que los ordenadores e Internet son omnipresentes y casi gratuitos para todos los ciudadanos. Además cada persona tiene un ordenador personal que le acompaña siempre (como hoy el teléfono móvil) y que configura a su gusto y utiliza para almacenar todas las informaciones (datos, agenda, correos…) que considera interesantes. Dispone también de un disco virtual en Internet, donde se va haciendo un duplicado instantáneo del contenido de su ordenador, de manera que también puede acceder a sus datos desde cualquier otro equipo.

En definitiva, estos ciudadanos tienen en el ordenador una memoria complementaria y una versátil caja de herramientas: para acceder a cualquier conocimiento (con los buscadores de Internet), para ver lo que ocurre en cualquier lugar del mundo (TV y prensa digita), para comunicarse con cualquier persona (e-mail, videocomunicación), para participar en redes sociales, para ayudar a su cerebro a procesar información (editores de texto y mapas conceptuales, hojas de cálculo…), para hacer telegestiones (compras)….

No voy a extenderme aquí en la lista de cosas que podemos hacer con un potente ordenador conectado a Internet. Pero si quiero insistir en la idea central: en “2020” los ciudadanos siempre que lo necesitan pueden disponer de su ordenador. Por ello dicen: “yo soy yo y mi ordenador”. De la misma manera que hoy nuestros jóvenes dicen: “yo soy yo y mi teléfono móvil”

Por supuesto, en “2020” la escuela prepara adecuadamente a sus alumnos para este contexto en el que van a vivir, y desde pequeños realizan muchas de las actividades escolares (y la mayor parte de los exámenes) teniendo a su disposición un ordenador. De la misma manera también utilizan lápices, papel y libros, y escriben a mano, leen libros, realizan comentarios orales, debaten temas… No se abandonan los aprendizajes esenciales de toda la vida.

En este marco, en la Enseñanza Primaria se procura especialmente que los estudiantes adquieran buenas competencias: lectura comprensiva; expresión oral y escrita de ideas, sentimientos y síntesis de lecturas (con el menor número de faltas de ortografía y con un enriquecimiento progresivo de su vocabulario); razonamiento crítico; análisis gramaticales y del entorno que les rodea; cálculo mental; estrategias metodológicas para enfrentarse a diversas tareas y resolver problemas; creatividad e iniciativa; conocimiento de sí mismos y de los demás, que vayan configurando un sistema de valores…

… Y también por supuesto que conozcan su entorno natural y social, pero a partir de amenas explicaciones y sobre todo de actividades prácticas, realizadas muchas veces en grupo, con el apoyo de los ordenadores y con exposición final a toda la clase en la pizarra digital. Ver ejemplo.

Se realiza una evaluación continua, pero periódicamente se desarrollan unas actividades tipo examen que tienen una mayor incidencia en su calificación académica. Aunque algunos exámenes son memorísticos (dictados, fórmulas, conceptos básicos, hechos y lugares relevantes…), en la mayor parte de estos exámenes los alumnos pueden utilizar su ordenador como memoria complementaria (acceso a informaciones) e instrumento para el proceso de la información (editor, calculadora…).

… Y como es una ficción, diremos que tanto los alumnos más aventajados como los menos aplicados adquieren un buen nivel en las competencias básicas, ya que las trabajan mucho en clase y con actividades atractivas para ellos. Y como además la mayor parte de los exámenes no son memorísticos, y en definitiva consisten en aplicar las habilidades desarrolladas en los ejercicios realizados durante el curso, (no dependen de su memoria) la mayor parte de los alumnos (exceptuando los que tienen fuertes deficiencias o están inmersos en una problemática social grave) se esfuerzan y aprueban.

En Primaria hay pues un bajo fracaso escolar, de manera que la mayoría de los alumnos afronta la ESO con confianza e ilusión: saben que si se esfuerzan y trabajan (aunque tengan mala memoria) podrán aprobar.

Quizás ha sido una ficción veraniega, pero… ¿nos podría funcionar también en nuestro mundo 2010?
OBSERVACIONES: Hay que seguir estudiando. "No tener que memorizar para el examen" no significa "no tener que preparar los exámenes". Hay que "saber hacer" y esto solo se aprende trabajando durante el curso. El esfuerzo sigue siendo imprescindible. "

Lo acompaña con esta presentación en Slideshare en la que muestra cómo se trabajaría en Primaria en el 2020.




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